Durante la década de 1960, más de medio millón de españoles migraron a Alemania en busca de oportunidades laborales. Actualmente, hay más de 175.000 ciudadanos de España viviendo en el país germano. Son muchos los vínculos que unen a estos dos países, y tú puedes aumentarlos recibiendo en tu hogar durante unos meses a una joven de este maravilloso país, que lleva organizando intercambios AFS desde hace más de 75 años, cuando en 1947, tras la Segunda Guerra Mundial, medio centenar de jóvenes alemanes fueron a Estados Unidos con el fin de crear vínculos de paz y entendimiento entre los ciudadanos de dos países que hacía apenas meses habían sido enemigos beligerantes.

Conoce a nuestras estudiantes alemanas que estudiarán en nuestro país a partir de septiembre, ¡tú puedes convertirte en su familia anfitriona!

 

Descubre a nuestras participantes alemanas

Jule

Jule es una joven bávara a la que le encanta leer en inglés. Los que la conocen la describen como una joven educada, optimista y empática que sabe cuidar de las personas de su entorno. Además, Jule es muy creativa en la cocina, es una buena repostera y está dispuesta a hacerte sus mejores postres para que los pruebes. También es una persona muy deportista.

Charli

Charlene (Charli) es una joven muy comprometida con los temas sociales. Hace voluntariado en un club juvenil de su barrio, es solidaria y generosa. Es una apasionada de los idiomas y le gustaría mejorar su español. También practica hípica y su vena artística le lleva a pintar acuarelas, tunear su ropa o crear arte multimedia.

Recibe más información sin compromiso

    Entiendo que la participación en el programa de recepción de AFS Intercultura ESPAÑA es voluntaria y no remunerada. Las familias participan movidas por el interés y motivación de compartir su hogar y aprender de otras culturas.

Un sorprendente viaje cultural para toda la familia

Ser familia anfitriona de un participante de otro país es una forma de aprender sobre una nueva cultura y compartir tu propia cultura y valores. Si tenéis hijos (lo cual no es requisito), éstos disfrutan siendo embajadores culturales, explicándole a su nuevo hermano o hermana las costumbres locales, las tradiciones y las fiestas nacionales. Todo, desde la preparación de las comidas hasta los paseos familiares son una oportunidad para descubrir y apreciar las diferencias culturales.