“No concibo otra forma de escribir que en primera persona. Es la única real y sincera, porque ¡cómo va a saber un pobre hijo de vecino lo que están pensando dos o tres o cuatro personajes! ¡No sabe uno lo que está pensando uno mismo con esta turbulencia del cerebro va a saber lo que piensa el prójimo!” Fernando Vallejo, escritor colombiano – Los días azules

Introspección

Por eso, desde AFS creemos que la mejor manera de compartir experiencias es ¡en primera persona! Qué mejor que las propias familias como protagonistas de esta aventura, para transmitir un mensaje lleno de retos, pero sobre todo, aprendizajes y anécdotas. Contar el efecto AFS desde el punto de vista de los personajes principales hace que las oportunidades de aprendizaje intercultural lleguen cada vez a más y más gente.

Os animamos a disfrutar de este testimonio de Esther, que vivió su experiencias AFS como mamá de envío y de recepción a la vez: “Para nosotros, esta es una experiencia de vaivén, de contradicciones y miedos al principio, de comparaciones, de exigencias y responsabilidades. Ahora que ya estamos a medio camino del programa, tener con nosotros a Melissa (de Austria) nos ha ayudado a comprender qué está viviendo, salvando las peculiaridades de otro contexto, nuestra hija Ángela (en Austria). Ponerse en el lugar del otro(a) es un gesto para ayudar, guiar y acompañar tanto a Melissa como a Ángela.

Traje tradicional del Tirol
Ángela durante su programa en Austria luciendo un dirndl, vestido típico del país alpino.

 En este medio camino reconocemos nuestras limitaciones y resistencias a acoger y comprender las dificultades que tenemos cuando abrimos nuestro hogar a un joven de otro país y cuando enviamos a nuestros hijos. No tanto por las diferencias culturales, educativas, contextuales, sino y, sobre todo, a nivel personal, como madre.

Reconocemos también los modos que tenemos de dar cariño y de aprender a dialogar con lo diferente, con lo que no es igual que tú, con quién no piensa igual que tú. No hablo de tener herramientas para afrontar las dificultades, sino más bien, de la capacidad que tenemos que desarrollar para aprender y llevar a cabo el diálogo, el estar cerca de la persona, el acompañar y respetar los silencios, las intimidades y las rutinas de cada uno y una. Agradezco a AFS esta oportunidad, esta experiencia, y sobre todo agradezco a la familia de Melissa y a la valentía de nuestras hijas para lanzarse a este modo de ver el mundo desde la diferencia, la equidad y el respeto.

Son muchas las anécdotas vividas con el lenguaje que nos hacen reír, enfadar e inventar nuevas palabras. También son muchos los momentos de dificultad vividos pero son muchos más los momentos donde compartimos lo cotidiano (comer, lavar, pasear, comprar, estudiar, reposar, ver pelis, leer juntos o solos, maquillarnos, ir de fiesta, de excursión…) como una oportunidad para conocernos, para ir queriéndonos, para ir construyendo otro tipo de relaciones más humanas.”

Al igual que el testimonio de Esther, nos gustaría poder escuchar vuestros testimonios como familia de recepción (o como familia de envío) ahora que recién comienzan los programas de vuestras hijas, hijos, sobrinos, nietas… Y también, vuestras experiencias como familias anfitrionas AFS de cursos anteriores. Si te apetece compartir anécdotas, historias o cualquier pensamiento sobre tu experiencia como familia AFS, no dudes en escribir a [email protected], nuestro responsable de comunicación.