Marta Francia es, a pesar de su apellido, italiana. Con 16 años vivió un curso escolar en Canadá con Intercultura Italia y ahora es voluntaria en la estructura local de AFS Málaga; también forma parte del equipo organizador del Chapter Leadership Summit que se celebrará el mes de noviembre en Mollina (Málaga).
P: ¿Cómo conociste AFS Intercultura
Conocí (AFS) Intercultura en Italia, mi país de origen. Unos voluntarios vinieron a mi instituto en Rieti (mi ciudad natal, ¡que por cierto es preciosa!) para dar una sesión informativa. Hablaron de los programas de envío y de recepción, y todo me pareció muy interesante.
Tenía 16 años y muchas ganas de abrirme al mundo, así que enseguida compartí la idea con mi familia. Un año después de esa charla estaba subiendo a un avión rumbo a mi intercambio en Canadá… ¡Y mi familia ya estaba lista para acoger a un estudiante extranjero pocos meses después!
P: ¿Por qué decidiste hacerte voluntaria?
Por lo que en inglés se llama give back: haber sido estudiante de envío y formar parte de una familia anfitriona fueron experiencias maravillosas y enormemente enriquecedoras. Creo que todos los jóvenes y sus familias deberían tener la oportunidad de vivir algo así. Me siento profundamente agradecida con la vida, y con mis padres, que hace 20 años me dieron la oportunidad de vivirlo. Ahora quiero ayudar a más persona a conocer AFS Intercultura y participar en los programas tan valiosos que proponemos.
P: ¿Qué te llevas de la labor como voluntaria AFS?
Diversión, amistades y realización personal.
P: Si tuvieras que quedarte con un solo momento…
La escuela de orientaciones en Madrid en la que participé hace dos años. Fue genial ver como AFS Intercultura se preocupa tanto por la formación de sus voluntarios y poder aprovecharlo junto con compañeros de toda España. Además, ¡una de las noches celebramos los 70 años de AFS con una gran fiesta!
P: ¿A quién recomendaríais unirse al voluntariado AFS?
Si queremos remontarnos a los origines de AFS, que nació como organización con el objetivo de restablecer la paz durante la I Guerra Mundial, recomendaría ser voluntarios a todos los dirigentes de naciones en guerra.
P: Un choque cultural…
Cuando fui a Canadá para mi intercambio, viví en una ciudad de unos 200.000 habitantes en Ontario. Lo que más me sorprendió fue que la gente solía dejar la puerta de su casa abierta, ¡y cualquiera podía entrar! Yo nunca tuve llaves de mi casa en Canadá, ni las necesité. En Italia, eso quizás lo haces en un pequeño pueblo, pero no en una ciudad tan grande… Yo no sé si confiaría tanto en mis conciudadanos como para dejar la puerta abierta todo el tiempo. Me pareció muy inspirador y es un ejemplo de civismo al que todos tendríamos que aspirar.
P: ¿Qué destacarías del proyecto educativo de AFS Intercultura?
Lo que me parece realmente especial es que las familias que acogen a los estudiantes lo hacen de manera totalmente voluntaria y sin recibir ninguna remuneración. Esto tiene dos grandes beneficios:
- La motivación principal es el interés genuino en compartir y aprender de otra cultura, lo que hace que la experiencia sea mucho más auténtica.
- Se crean lazos reales y duraderos entre los estudiantes y las familias, porque no hay una transacción económica de por medio, sino una relación basada en la generosidad y el intercambio humano.
P: Si tuvieras que dedicir ahora un destino AFS, ¿dónde te gustaría ir?
La verdad es que mi experiencia en Canadá fue fantástica, así que volvería a elegir ese destino sin dudarlo.
P: ¿A qué se debe esa elección?
Porque Canadá me dio exactamente lo que buscaba: un entorno multicultural, una familia increíble, y una sociedad abierta donde me sentí acogida desde el primer día. Fue la experiencia que marcó mi vida y siempre estaré agradecida por ello.
