Violeta Germaná vivió un curso escolar en Países Bajos con AFS en 2016, Jorge Pelayo lo hizo (aquel mismo año) en Oregón (costa oeste de Estados Unidos). A su regreso, ambos se hicieron voluntarios (¡y grandes amigos!). Y a día de hoy, una década después del comienzo de su aventura AFS, ambos coordinan de forma conjunta la Estructura Local de Madrid; además, Jorge es también miembro de la Junta Directiva de la organización.

P: ¿Cómo conocisteis AFS Intercultura
Violeta: Conocí AFS Intercultura en 2015, cuando una estudiante alemana de AFS, Antonia, vino a estudiar a mi instituto en Madrid. Nos hicimos muy amigas y empecé a ser partícipe de su experiencia, esto fue lo que me motivó para irme un curso entero con AFS a Países Bajos.
Jorge: Yo también conocí AFS Intercultura por un amigo de mi clase en el instituto, que decidió embarcarse en un programa de envío, y siguiendo sus pasos me convencí yo también de vivir una experiencia intercultural.
P: ¿Por qué decidistéis uniros al voluntariado AFS?
Violeta: Mi experiencia como estudiante de AFS fue muy positiva, sobre todo los últimos meses (al principio siempre cuesta más), y realmente no quería finalizar mi programa. Hacerme voluntaria fue mi manera de seguir conectada con mi vida en Países Bajos. Quería seguir siendo AFSer. Desde entonces han pasado ocho años y sigo disfrutando de la experiencia tanto como el primer día.
Jorge: Desde el principio de mi aventura con AFS me di cuenta de la gran importancia que las personas voluntarias tienen en el desempeño de los programas. Se encargan de la formación y acompañamiento de las estudiantes y familias, además de otras muchas actividades necesarias como entrevistas y selecciones. Es por ello que me sentía en deuda con todas aquellas personas que, desinteresadamente, me habían ayudado en mi aventura y quería devolver ese granito de arena a las futuras generaciones AFS.

P: ¿Qué os lleváis de la labor como voluntarias AFS?
Violeta: Amistades, aprendizajes y comunidad.
Jorge: Formación, interculturalidad y amistades.
P: Si tuvierais que quedaros con un solo momento…
Violeta: No puedo escoger un solo un momento, pero puedo hablar de uno que se repite todos los años desde que decidí irme en 2016. Las despedidas. Las despedidas en AFS son una constante, todos los años toca despedirse de esas personas a las que has acompañado (y te han acompañado) durante el año, muchas veces el reencuentro no llega, pero que la despedida duela significa que valió la pena.
Jorge: La primera Asamblea estatal presencial que se hizo posterior a la pandemia ha sido, sin duda, el momento que guardo con más cariño. Después de unos meses tan largos sin poder disfrutar de lo que significa la cercanía de un grupo como el que forma AFS, hizo que el volver a encontrarnos fuese tan vital.
Además, fue impresionante ver como todo el voluntariado estaba contagiado de una gran motivación para sacar adelante un proyecto que quedó tan dañado por el parón del covid.

P: ¿A quién recomendaríais unirse al voluntariado AFS?
Violeta: A algún millonario, a ver si así se anima a patrocinar becas y más jóvenes con pocos recursos económicos pueden vivir esta experiencia tan maravillosa.
Jorge: Estaría genial que se unieran a AFS cualquier figura pública que tenga un cargo importante en organizaciones como la ONU o la UNESCO, debido a su importancia a nivel mundial y al aprendizaje que el resto de voluntariado podríamos sacar de un puesto tan intercultural.
P: Un choque cultural…
Violeta: Los holandeses dan tres besos en lugar de dos. Esto provocó que mi primer encuentro con mi familia anfitriona fuese realmente incómodo.
Jorge: Me acuerdo todavía lo boquiabierto que me quedé al ver a un alumno de mi instituto durante mi año en Oregón venir vestido de cazador (después iba a ir a dar un paseo por el bosque).
P: ¿Qué destacaríais del proyecto educativo de AFS Intercultura?
Violeta: Que está conectado con la realidad del mundo actual y sus problemáticas. Aunque AFS Intercultura España se creara hace más de 70 años, su misión tiene sentido en la actualidad, vivimos en un mundo interconectado y globalizado en el que hay que saber moverse de manera responsable y comprometida… a eso enseña AFS, a ser ciudadanos globales activos.
Jorge: Creo que lo más destacable del proyecto AFS es que con muy pocos cambios, ha sabido adaptarse perfectamente las necesidades y objetivos que tiene la sociedad joven actual. Teniendo en cuenta que es un proceso que en España empezó hace casi ya 75 años, es increíble pensar que su importancia está hoy más viva que nunca.
P: Si tuvierais que dedicir ahora un destino AFS, ¿dónde te gustaría ir?
Violeta: Si hubiese elegido otro lugar, o pudiera hacerlo ahora, me iría a Vietnam.
Jorge: Hoy en día elegiría un país de Europa del norte donde poder visitar espacios naturales increíbles y realizar deportes de montaña e invierno.
P: ¿A qué se debe esa elección?
Violeta: Con 16 años me dio miedo irme a un sitio tan diferente, así que elegí quedarme en Europa y, aunque no me arrepiento, ahora Europa se me hace un poco repetitiva, así que me encantaría poder vivir la experiencia en un sitio con una cultura tan diferente.
Jorge: Mi experiencia en Estados Unidos fue maravillosa pero muy urbanita, así que me gustaría compensar con justo lo contrario. Además, me encantaría aprender un nuevo idioma y los destinos europeos son excelentes para ello.



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