Cada año, miles de estudiantes viven una experiencia de intercambio académico o voluntariado con AFS Intercultura dentro de una nuestra red formada por más de 60 países. Lo que muchos no imaginan, es que, más allá del país que visitan, hay algo que marcará profundamente su experiencia: la familia anfitriona.

El rol de las familias anfitrionas
Para un estudiante extranjero, aterrizar en un nuevo país puede ser tan emocionante como abrumador. Idioma, comida, costumbres, ritmos, gestos… todo cambia. En medio de ese torbellino, las familias anfitrionas se convierten en el primer contacto humano real, ese refugio emocional que ayuda a suavizar el choque cultural.
AFS Intercultura sigue funcionando, 70 años después de las primeras experiencias de movilidad, gracias a miles de familias en todo el mundo que abren sus hogares y corazones a jóvenes de otros países. La familia anfitriona es el pilar fundamental de AFS Intercultura, y la principal creadora de vínculos duraderos entre el participante y la cultura receptora.

Un puente entre culturas
Ser familia anfitriona no requiere perfección, solo disposición. Es abrir la puerta del hogar y también la mente. Es entender que, aunque haya diferencias culturales, hay algo universal que conecta a todos los seres humanos: el deseo de pertenecer, de sentirse en casa.
Muchas veces, esta convivencia da lugar a momentos únicos: enseñar palabras locales, compartir celebraciones tradicionales, o reírse juntos por malentendidos lingüísticos que se transforman en anécdotas entrañables.
Testimonio que inspira
Berta, una estudiante AFS becada en Serbia nos cuenta su experiencia:
“Mi experiencia de intercambio en Serbia ha sido increíble. Mi familia anfitriona es genial, me han acogido como a una más y me han ayudado mucho a adaptarme. Al principio fue un reto aprender el idioma y conocer la cultura, pero poco a poco me sentí como en casa”.

Un rol invisible pero esencial
En muchos programas de intercambio estudiantil, la experiencia transformadora no ocurre solo en el proyecto social o en la escuela: ocurre en la cocina, en la sala, en los pequeños momentos cotidianos con la familia que acoge.
Estas familias no siempre reciben reconocimiento público, pero son agentes clave del cambio cultural y social, sembrando tolerancia, empatía y amor en quienes llegan como desconocidos y se van como hijos.
Agradecemos a las Familias Anfitrionas
Este Día Internacional de la Familia es una oportunidad para rendir homenaje a quienes hacen posible que la familia trascienda fronteras. Gracias a ellas, el intercambio estudiantil no solo cambia comunidades: cambia corazones.
Da el primer paso para vivir una experiencia internacional en tu propio hogar. Únete como familia anfitriona.