¿Te gustaría salir de tu zona de confort? ¿Estás pensando en vivir un verano, un trimestre o un curso escolar en otro país? ¿Te apetece mucho pero te da miedo por si no encajas en el nuevo entorno, por si no te adaptas a tu nueva familia? Esa inquietud es normal, pero desde AFS Intercultura te animamos a que venzas el yuyu y te animes a vivir una experiencia que te puede cambiar la vida; y para ello, te damos algunos trucos para que puedas disfrutar de tu intercambio en otro país al máximo.
Reduce tus expectativas
Es uno de nuestros lemas que declamamos siempre en nuestras charlas informativas. Y es que resulta fundamental, en la medida de lo posible, disminuir toda idea preconcebida que podamos tener del país en el que vayamos a vivir: si te vas un cruso escolar a Estados Unidos, lo más seguro es que no te conviertas en un Troy que, tras alzarse con la capitanía del equipo de baloncesto, conquista a su Gabriella. O, quizás, tampoco puedas ser cheerleader en tu high school; sea como fuere, trata de no hacerte ilusiones, disfruta el momento (Carpe diem, que decían los antiguos helenos).

Si vas a Finlandia es posible que no tengas una sauna en casa (aunque es bastante probable), si vas a Francia, quizás no tengas una panadería a la vuelta de la esquina, y si vas a Italia, desde luego, tienes prohibido catar el Aperol Spritz (al menos, si te vas con nosotros).
Sea como fuere, disfruta al máximo de cada actividad que hagas, aunque sea algo que nunca hubieras imaginado, aunque la barrera lingüística no te permita expresarte como te gustaría. Y, dicho esto, pasamos al segundo punto.
Comienza a practicar el idioma
No te saltes ninguna clase, bien sea en tu academia, en Busuu, Duolingo o clases conversacionales con tu amigo alemán. Practica leyendo, viendo series y películas o poniéndote el teléfono móvil en francés o japonés. Cuanto antes empieces a estudiar, más aprenderás y menor será el shock idiomático, sin duda, una de los factores que más pueden influir a que las primeras semanas del intercambio se hagan cuesta arriba.
Ponte objetivos razonables
No pretendas llegar a la luna, evita la frustración poniéndote metas sencillas y próximas: aprender unas cuantas frases por semana, hablar con una persona nueva cada día, hacer una amistad el primer mes de intercambio… No pretendas tener un nivel C1 de alemán tras tu primer trimestre en Austria.
Sumérgete en la cultura (apaga el móvil o míralo lo menos posible)
Quizás este pequeño epígrafe debería estar más arriba; y es algo que está contrastado con muchos ex-participantes analógicos, es decir, aquellos que realizaron su intercambio antes del boom tecnológico, antes de Skype, de Facebook y de las videollamadas por WhatsApp: era más fácil sumergirse con éxito en la nueva cultura cuando no tenías otra opción, cuando las llamadas con tu familia natural eran una vez al mes (como máximo) y no tenías relación (más allá de la epistolar) durante diez meses con tus amistades (pero tranquila/o, van a seguir estando ahí a tu vuelta).

En la era de internet esto resulta complicado (somos conscientes), pero si intentas, en la medida de lo posible, despegarte del móvil y las redes sociales el mayor tiempo posible la probabilidad de una adaptación más rápida y profunda con tu nueva realidad crece exponencialmente. No estamos diciendo que olvides a tu madre, a tus amigos o a tu ‘amiga’; o no al menos durante todo el tiempo.
Descubre las tradiciones locales y ¡haz nuevas amistades para toda la vida!
Lo primero es relativamente fácil: disfruta de todo aquello que no tienes aquí, y abraza las diferencias culturales con curiosidad y entusiasmo. Lo segundo puede resultar algo más complicado, pero AFS Intercultura te facilita el trabajo, primero, tratando de encontrar una familia anfitriona que más se adecúe a tu forma de ser; por eso es tan importante que rellenes tu expediente de participación de forma honesta y completa, porque el voluntariado de Alemania, Hong Kong, Bélgica o Islandia lo tendrá en cuenta para buscarte un hogar donde puedas compartir aficiones.
Y en cuanto a las amistades, no solo conocerás a grandes personas en tu instituto local, sino que a través de las orientaciones periódicas y las actividades lúdicas, entablarás amistad con otros participantes AFS de todo el mundo que, como tú, se han atrevido a embarcarse en la mayor aventura de sus vidas.